El
urbanismo ha existido desde que el hombre empieza a vivir en ciudades y a
organizar conscientemente sus espacios, pero la palabra urbanismo surgió a
principios de este siglo y sólo en las últimas décadas ha pasado a ser de uso
común. Como este es una disciplina en formación, las distintas
definiciones que se den de él son, muchas veces, incompletas y hasta
contradictorias. Etimológicamente, el término urbanismo proviene de urbe=ciudad;
urbano=lo que es de una ciudad (derivado del latín urbanus). Por tanto, se
refiere a todo lo relacionado con la ciudad. En la actualidad esta concepción
del urbanismo ha sido superada y ampliada, de modo que sus sentido actual puede
sintetizarse en : el estudio y planeación de la ciudades y de las regiones
donde éstas se asientan.
Esta
ampliación del concepto va más allá de su significado etimológico, se debe a
que se ha visto que en la ciudad no es posible entender lo que ocurre en la
ciudades, si no se relaciona con lo que ocurre en el campo. Este tiene como fin
la modelación y remodelación de las ciudades enfocado a lograr el diseño del
ámbito espacial donde se desenvuelven las actividades del hombre. El urbanismo
está constituido por una serie de disciplinas diferentes que se reúnen en torno
al estudio de la ciudad.
Ciencias
de la tierra: Geografía, climatología, geología ,edafología, topografía ,biología,
zoología y agronomía.
Ciencias
sociales: economía, sociología, demografía, antropología ,psicología y ciencias
políticas.
El
concepto de urbanismo ha variado la historia, de modo que se pueden distinguir
varias etapas en su evolución. Con
el paso del tiempo, el hombre acumuló experiencias en la construcción de
ciudades, por lo cual se puede hablar de un urbanismo empírico, resultado de
esa suma de experiencias. Las características de las sociedades cambian y el
hombre ha aplicado sus conocimientos empíricos para adaptar la ciudad a sus
necesidades.
A finales del siglo XVIII y a principios del XIX surgió la
Revolución Industrial, que en realidad no sólo fue industrial, sino también
revolucionó la agricultura, los medios de transporte y comunicación y hasta
ideas económicas y sociales. Entonces se produjo una transformación total del
fenómeno urbano: surgió la ciudad industrial con un nuevo espíritu,
estrictamente utilitario. Aquí se desarrolló un nuevo concepto del urbanismo:
el funcionalista.
Una
de las características más destacadas del siglo XX es el gigantesco crecimiento
de los grandes urbanos, desconocidos antes en la historia, tanto porque el crecimiento
demográfico (de la población era más lento, como porque este aumento de la
población no era absorbido desproporcionalmente por las ciudades. Hoy día, las
ciudades crecen por sí mismas (crecimiento vegetativo o natural de la
población) y por absorción de la población rural (migración o crecimiento
social) y el resultado de esto que se ha llamado explosión demográfica. Más que
una explosión, es una aceleración impresionante en el ritmo de crecimiento de
la población urbana.
El
arte urbano, es entonces el arreglo artístico de las ciudades, de sus
edificios, circulaciones y espacios comunes, cuya finalidad constituye un
resultado estético y busca que el conjunto sea agradable para sus habitantes.
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